Hace unos meses, me mudé a un nuevo piso en un nuevo barrio.
Para contratar una linea telefónica, me fui a una tienda a unos minutos de casa. En la calle Bravo Murillo del romántico barrio de Tetuán, si quieres saberlo.
Ahí en la tienda encontré una señora de Estados Unidos, de unos 60 años, intentando hablar con la dependienta. Parecía que llevaban bastante tiempo intentando entenderse.
La señora, que tenía un bonito acento sureño, había llegado a España la noche anterior y quería comprar un teléfono para llamar a casa.
Pero la situación se complicaba porque la dependienta, aunque entendía inglés, se negaba a hablar.
“Si yo le entiendo perfectamente, señora, ¡es sólo que no hablo inglés!” exclamaba (en español).
Luego, escribía lo que quería decir en el traductor de Google, y después de pinchar el botón azul, enseñaba la pantalla a la señora, a modo de respuesta a sus preguntas.
Y así durante unos 10 minutos, hasta que me ofrecí para hacer de intérprete.
Estaba claro que la dependienta no era una tonta. Parecía, de hecho, bastante inteligente. Cuando me puse yo a hablar con ella en castellano, no hubo ningún problema. Entonces, ¿cómo es que podía entender perfectamente el inglés pero no hablarlo?
Porque era otra víctima de la enseñanza española, que enseña a la gente a tener miedo a equivocarse, y así hace más difícil que llegue a hablar el inglés–aunque lo haya aprendido durante años.
Pensé de nuevo en la señora sureña y la dependienta con el traductor de Google el otro día, cuando encontré este mapa por ahí en internet: el mapa del inglés en Europa. Mira donde está España.
Estadísticas interesantes, ¿no?
Los porcentajes son las personas en cada país que pueden mantener una conversación en inglés. Interesantemente, España está casi al final de la lista–solo Hungría tiene menos personas que pueden hablar inglés.
En cambio, países como Austria, Países Bajos, Suecia, Finlandia y Dinamarca tienen un alto porcentaje de personas que pueden hablar inglés.
Los datos vienen del Special Eurobarometer 386, un estudio oficial que recoge muchas estadísticas acerca del aprendizaje de idiomas en la Unión Europea.
No hay mucho más que decir, aparte de que aún queda mucho trabajo que hacer en los países del Sur y Este de Europa. Concretamente, aquí en España, está todo por hacer.
El bilingüismo aporta muchas ventajas–he escrito sobre algunas en un artículo en mi otra página: 10 Razones para Aprender Inglés.
Pero si estás aquí ya sabes. Tengo estudiantes jóvenes que quieren aprender inglés para mejorar sus perspectivas laborales, hasta jubilados que están en clase porque quieren prevenir el Alzheimer.
Otra cosa que podemos sacar de las estadísticas es que no es muy difícil superar la media española en lenguas. Sólo hace falta superar el miedo a equivocarte y ponerte a hablar. Ya que el 78% de los españoles no habla inglés, no son competencia. Puedes llegar a superarlos el día que superes tu miedo a equivocarte.
Desafortunadamente, el sistema educativo enseña todo al revés. Pero en los secretos de la gente bilingüe, explico lo que puedes hacer para soltarte a hablar ya.
Llevo muchos años enseñando y puedo decir que la dependienta en la tienda telefónica no es un caso extremo. Tengo personas parecidas en todos los niveles que enseño. Pueden rellenar espacios en blanco como nadie, pero al tener que contestar a una pregunta, se sonrojan, se ponen a sudar, y a veces, desaparecen después del primer día de clase–para evitar hablar inglés “hasta que hayan superado todos sus errores de gramática.”
Si vienes a mi clase algún día, te pondré a hablar desde el primer momento. ¡Algunos se espantan! Pero peor para ellos… es lo que necesitas para superar el miedo y aprender más y más rápido.
Si hay una cosa que he aprendido a lo largo de estos años en el extranjero, es esto: en tu segundo idioma, siempre vas a cometer errores. Y la gran mayoría de las veces no importa. La gente apenas se da cuenta, y la vida sigue.
Lo que sí importa es comunicarte. En estos años he hecho muchas cosas en español que nunca podría hacer si tuviera miedo al hablar el español. Y mi vida es mejor por ello.
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Buen aprendizaje y ¡hasta pronto!
Daniel.
P.D. Yo llevo más de 10 años comunicándome en español todos los días, y casi todos los días recibo correos de los lectores, corrigiendo mis pequeños fallos de gramática–¡y agradeciendo mi esfuerzo! Los errores son inevitables. Lo que separa a los que hablan de los demás es la capacidad de comunicarse a pesar de los errores. Lee aquí: los secretos de la gente bilingüe.